Mientras EEUU busca sacar a todos los refugiados de su país, sobre todo a los musulmanes, México les da una nueva oportunidad de crecimiento para que terminen sus estudios.
Una joven siria de 26 años llamada Samah Abdulhamid, estaba estudiando Bellas Artes en su país hasta que comenzó la guerra y tuvo que truncar sus estudios huyendo a Beirut. Pasaron varios años y no veía la oportunidad de retomar sus estudios, cuando de pronto le surgió una oportunidad en México.
Aterrizó un 2 de febrero, no sabía mucho sobre el país, lo único de lo que estaba segura era que moría por visitar la casa de Frida Kalho, de quien es gran admiradora ya que investigaba mucho acerca de ella durante su carrera en la Universidad de Damasco en Siria.
“No puedo creer que vi su trabajo, sus vestidos y sentí su personalidad mientras caminaba por su casa” menciona la joven.
En 2014, un grupo de asistentes humanitarios, estudiantes y embajadores, crearon un proyecto al que llamaron “Proyecto Habesha”, nombre que se le dio como referencia al término que utilizan en el norte de África para referirse a las obvias diferencias existentes en el lenguaje y la religión. Esto con la intención de darles la oportunidad a inmigrantes que huyen de guerras civiles y desean terminar sus estudios mientras se preparan para la eventual reconstrucción de su país. A este movimiento se le reconoce por las redes sociales con el hashtag: #AquíNoHayMuros.
Hasta la fecha, ya van 23 refugiados sirios, de los cuales 6 son jóvenes estudiantes a quienes México les abrió las puertas para un nuevo comienzo. Éstos jóvenes entran con visa de estudiante, no como extranjeros aislados.
“Yo no quiero ser refugiado dos veces, estar en una situación en la que te dan comida, agua y cobijas, y creen que es suficiente. Lo que quiero es completar mis estudios”, dijo Hazem Sharif, de 24 años, durante un paseo por el centro de Ciudad de México. La gente mexicana será parte de la paz, cuando exista, en Siria.
-Redacción-