Existe el mito de que calentar la comida en el microondas puede ser dañino para la salud, hasta el punto de provocar cáncer; sin embargo, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), esto es falso.
La OMS asegura que calentar la comida en el microondas es igualmente seguro que hacerlo de cualquier otra manera, ya que continúa teniendo sus nutrientes.
Los hornos microondas se usan para calentar o descongelar la comida. Estos electrodomésticos, que cocinan los alimentos en mucho menos tiempo que un horno convencional, usan un tipo de radiación electromagnética con una longitud de onda de centímetros, que excitan las moléculas polares que contienen los alimentos.
Es importante diferenciar entre radiaciones ionizantes y radiaciones no ionizantes. Las primeras, que no son las que emiten los microondas, son radiaciones electromagnéticas que pueden romper enlaces químicos y dañar células. Proceden de materiales radioactivos, de los conocidos rayos X o radiación ultravioleta de alta frecuencia, y pueden ser nocivas.
Las radiaciones que emiten los microondas son no ionizantes, que no son peligrosas. Las ondas de los microondas, como se ha explicado, calientan, no ionizan. Tampoco destruyen nutrientes porque las ondas no rompen enlaces químicos de los alimentos ni dañan sus células, y porque la temperatura máxima que se consigue es de unos 100ºC, mucho menor que la de otros métodos como la plancha o la fritura. Por tanto, hay menos pérdida de vitaminas.