Jeffrey Pfeffer, profesor de la Escuela de Postgrado de Negocios de la Universidad de Stanford, asegura que “el trabajo está matando a la gente y a nadie le importa”.
Pfeffer explica que el sistema de trabajo actual enferma e incluso termina con la vida de las personas.
Su afirmación se debe a que realizó diversas investigaciones durante décadas, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo y lo explica en su libro “Muriendo por un salario” (Dying for a paycheck, en inglés).
En el libro relata el caso de Kenji Hamada, un hombre de 42 años que murió de un ataque al corazón en su escritorio en Tokio. Trabajaba 75 horas a la semana y demoraba cerca de dos horas en llegar a la oficina.
Justo antes de su muerte, había trabajado 40 días seguidos sin parar y su viuda declaró que Kenji estaba excesivamente estresado.
Según la evidencia recopilada por Pfeffer, en Estados Unidos, el 61% de los empleados considera que el estrés los ha enfermado y el 7% asegura haber sido hospitalizado por causas relacionadas con el trabajo.
De hecho, sus estimaciones apuntan a que el estrés está relacionado con la muerte anual de 120 mil trabajadores estadounidenses.
Cabe destacar que nadie se hace responsable de estás muertes, según el propio Pfeffer, ya que los empleadores son responsables y los gobiernos son responsables por no hacer nada al respecto.