Sin duda la muerte de un familiar o un ser querido es uno de los procesos más complejos y dolorosos que experimentamos las personas a lo largo de la vida. Y aunque cada individuo vive este proceso de manera diferente, saber cómo afrontar la pérdida de alguien puede ayudar a trabajar el duelo de una forma menos dolorosa.
A continuación te presento algunos consejos proporcionados por la Asociación Americana de Psicología, la Academia Americana de Médicos de Familia y la maestra en terapia familiar Cristy Cortinas, podrían ser útiles para hacer más llevadero el dueño.
1.- Aceptar sentimientos
Es normal que al principio no quieras admitir los sentimientos que se presentan durante el duelo, ya que después de la muerte de alguien cercano, se pueden experimentar todo tipo de emociones: tristeza, frustración, rabia y agotamiento. Éstas son normales y forman una parte fundamental durante la vivencia del duelo, el cual está conformado por cinco etapas: negación, tristeza profunda, negociación, desesperación y aceptación.
2.- Hablar de la persona que falleció
Si bien en muchas ocasiones las personas que atraviesan por un duelo prefieren evadir el tema, hablar de lo ocurrido, incluso recordar algunas anécdotas o gustos de quien acaba de fallecer, puede ser una manera de asimilar la muerte y procesar que el ser querido ya no está.
3.- Cuida tu salud
Hacer ejercicio, comer bien y descansar ayudarán a que la persona supere cada día y logre salir adelante. Para ello, es necesario brindarle compañía y asegurarse de que la tristeza no sea un factor que lo lleve a descuidar su estado de salud.
4.- Acompañamiento psicológico
Pese a que la muerte es un proceso natural, permitir el acompañamiento de un psicólogo desde el inicio del duelo ayuda a que el deceso sea asimilado de manera más rápida. Si después de dos años del fallecimiento aún hay tristeza que no permite realizar la vida diaria, es recomendable buscar atención especializada.
5.- Mantener una rutina
Tan pronto como sea posible se debe regresar a la rutina normal. Esto evitará que la persona pueda sentirse abrumada, pues ocupará la mayor parte de su tiempo en actividades que antes del deceso realizaba, como trabajo, pasatiempos o reuniones con amigos y compañeros de trabajo.