Luego de tener un examen de ingreso perfecto, al obtener 120 aciertos, Carlos Antonio Santamaría Díaz, cursará la carrera de Física Biomédica en la Facultad de Ciencias de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Este pequeño genio cursó diplomados, algunas materias e hizo prácticas por separado en la Facultad de Química, en el Centro de Ciencias Genómicas y en el Instituto de Investigaciones en Materiales.
La UNAM conoció a Carlos en 2015, a punto de cumplir nueve años de edad, cuando se aventuró, cursó y concluyó módulos en dos diplomados: uno sobre química analítica y otro en bioquímica y biología molecular para la industria farmacéutica, que imparte la Facultad de Química.
Actualmente Carlos y sus padres Arcelia Díaz y Fabián Santamaría, viven en Cuernavaca, a unos pasos del Centro de Ciencias Genómicas de la UNAM campus Morelos, en donde este niño de excepción hizo una estancia semestral.
En entrevista para Milenio Noticias Carlos imagina los primeros pasos en la licenciatura de Física Biomédica, también una de las carreras más jóvenes de la UNAM.
Además el reto será de todos los días: luchar contra el escepticismo ante sus capacidades y desempeño, pues también será la primera ocasión que sus compañeros, docentes y la comunidad universitaria tengan en territorio puma a un alumno de licenciatura tan joven. Será un crecimiento colectivo, destacó.
“No será un infante en tierra de gigantes, ni un adulto en ciernes caracterizado de niño, es un estudiante de alta capacidad cognitiva, juguetón, ruborizado, que ha desafiado al tiempo y a las convenciones administrativas. La senda no ha sido generosa ni cómoda, pero con el carisma de su voz de mañana, advirtió una primera metáfora: ‘sólo quiero estudiar; si me cierran las puertas, me meteré por las ventanas’”, dijo la UNAM.
Carlos está listo para que el próximo lunes inicie su semestre, y seguramente será el único alumno que vaya de la mano de sus padres hasta la puerta del aula.