Rusia, Moscú.- Los habitantes de Oymyakon, una región de Rusia, sufren complicaciones para ejercer las actividades cotidianas durante su día a día. Tal es el frío en esta región que las pestañas de las personas se congelan y los termómetros, tras marcar temperaturas de menos 62 grados, acaban por romperse.
El pueblo se encuentra a 750 metros sobre el nivel del mar y en esta época del año la duración de los días es de tres horas. Según ‘The Siberian Times’, la temperatura más baja registrada en el mundo, en un lugar habitado por personas, ha sido de menos 67.7 grados. Esa temperatura se registró en Oymyakon, en 1993.
Los habitantes no pueden utilizar bolígrafos porque la tinta se hiela y quedan inservibles. Un gesto tan sencillo coma acercar la cara a un cristal puede suponer un peligro, ya que al contacto con del cristal, la piel puede dejar pegado el rostro de las personas.